Dada la emergencia ocasionada por la pandemia sanitaria a causa del #COVID19, prevenir las intoxicaciones e infecciones alimentarias parece una obviedad. Sin embargo, el actual escenario obliga a extremar acciones tendientes a conservar la inocuidad alimentaria con el propósito de prevenirlas, por su efecto inmediato y directo sobre el sistema inmunológico, que se vería resentido por una patología evitable y, en segundo lugar, por una posible necesidad del sistema sanitario, que -por efecto del coronavirus- podría estar sobredemandado.

Hacer de nuestra alimentación un proceso sanitariamente seguro requiere de fáciles acciones que deberemos implementar en el proceso alimentario.

  1. Mantener la cadena de frío. Los alimentos que se compran refrigerados deben mantenerse refrigerados. Una vez en casa, su inmediato almacenamiento en refrigeración.
  2. Los alimentos que se compran calientes deben mantenerse calientes y, por lo general, ser consumidos en el menor tiempo posible.
  3. Los alimentos congelados deberán adquirirse en porciones que permitan solo un único uso, esto implica que los alimentos una vez descongelados no deberían volverse a congelar.
  4. Solamente se debe recalentar las porciones que serán consumidas de los alimentos refrigerados, puesto que, volver a refrigerar lo que se ha calentado involucra un alto riesgo sanitario.
  5. Los alimentos refrigerados, las tartas, por ejemplo, deberán ser sacados del refrigerador inmediatamente antes de su consumo. La habitual práctica de exhibir la tarta a temperatura ambiente, durante los cumpleaños o celebraciones, es altamente peligrosa.
  6. Durante la preparación y servicio de alimentos se deberá extremar la precaución del lavado de manos con jabón y agua y secado higiénico (papel desechable o secado al aire).
  7. Evitar mantener en refrigeración alimentos preparados durante más de 3 días, especialmente preparaciones con carnes, huevos, leche, pescado y aves.
  8. Lavar cuidadosemente las frutas y verduras. Es recomendable comprar algún desinfectante de frutas y verduras y seguir las indicaciones registradas en la etiqueta del envase.
  9. Mantener los refrigeradores en casa cerrados y no sobrecargados para asegurar la existencia de temperaturas de refrigeración seguras (4,4° o menos). Deben ser abiertos el mínimo de veces posible y por tiempo muy limitado.
  10. Asegurar la cocción de los alimentos, para evitar secciones crudas y verificar la calidad de la preparación de las carnes (por ejemplo pollo asado), porque habitualmente las zonas cercanas al hueso quedan crudas, encontrándose allí microorganismos vivos y perjudiciales para nuestra salud.

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